Merece la pena dedicar 5 minutos a visionar este vídeo.
[youtube http://www.youtube.com/watch?v=PuCNLUqMeY8]
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Entre 2005 y 2010, la ayuda global per cápita para la producción agraria ha aumentado significativamente en China (+130%), en Brasil (+60%) y en Estados Unidos (+40%). Por el contrario, en la UE apenas consiguió mantener en 2010, el nivel de apoyo alcanzado en 2005, según Momagri. Estos datos ponen de manifiesto que la UE ha tomado un camino en dirección contraria a la de otros importante países en el ámbito agrario que ha decidido invertir para asegurar la alimentación de sus ciudadanos.
En términos absolutos, el indicador 2010 de ayuda global per cápita para la producción agraria muestra que EEUU ocupa el primer lugar con 163.000 millones de dólares, seguido por China con 154.000 millones, la Unión Europea con 101.000 millones y Brasil con 38.000 millones.
El indicador, expresado como porcentaje del valor de la producción agraria, vuelve a colocar a Estados Unidos en primer lugar, con un apoyo agrario del 48% contra el 24% de la UE y Brasil, y el 20% de China.
A parte de las cifras, el análisis de las políticas aplicadas muestra similitudes entre Brasil y Estados Unidos, que aplican políticas de apoyo a la competitividad y al estímulo de la demanda interna. En Brasil se aplican intervenciones directas en el mercado, políticas de reserva e incentivos para el desarrollo de los biocombustibles. En EEUU, los pagos directos, pagos contracíclicos complementados por mecanismos de seguros y un importante sistema de ayuda alimentaria interna.
En cuanto a China, se está aplicando una política de intervencionismo y protección de la producción agrícola, que incluye precios mínimos garantizados (258$/tn para el trigo y 291$/tn para el arroz en 2010), apoyo directo a los ingresos, programas de protección social, así como reducción de impuestos.
Por el contrario, en la Unión Europea el sistema de ayudas se desacopla de la producción y se proponen criterios de greening como piedra angular de la futura PAC, que según Momagri, están llevando a la UE a perder peso en el sector agrario.
Fuente: Agrodigital, la web del campo
25/10/2012 – E.P.
Las proteínas que aportan tienden a amortiguar la respuesta de la glucosa sanguínea y reducir la presión arterial
Investigadores del Hospital St. Michael de Toronto, en Canadá, aseguran que el consumo diario de lentejas o frijoles puede ayudar a las personas con diabetes tipo 2 a controlar sus niveles de azúcar en sangre e incluso a reducir su riesgo de padecer un accidente cardiovascular o un ictus.
Según los resultados que publica en su último número la revista Archives of Internal Medicine, después de tan sólo tres meses con esta dieta el riesgo de enfermedad cardiovascular puede descender de un 10,7 a un 9,6 por ciento.
Las legumbres son buenas fuentes de proteínas y fibra, ha reconocido el doctor David Jenkins, quien dirigió el estudio. Jenkins dijo que, a pesar de que las diferencias no eran enormes, si que son significativas, sobre todo si se tiene en cuenta que los participantes en el estudio ya tenían la diabetes diagnosticada y estaban en tratamiento por su presión arterial.
Por ello, apunta que «quizá podría ser el punto de partida para retrasar el uso de medicamentos».
Las legumbres, como frijoles, garbanzos y lentejas, ya están recomendado para los diabéticos debido a su bajo índice glucémico. Sin embargo, hay pocos estudios sobre los efectos directos en la diabetes.
Por ello, Jenkins y su equipo incluyeron en el estudio a 121 pacientes con diabetes que fueron divididos en dos grupos, uno de los cuales se les hizo comer legumbres cocidas al menos una taza al día, mientras que al segundo se le propuso que comieran productos de trigo entero para aumentar su consumo de fibra.
Después de tres meses, los investigadores encontraron que los niveles de hemoglobina A1c bajó de un 7,4 por ciento a 6,9 por ciento en el grupo de legumbres, mientras que en el otro cayó de un 7,2 por ciento a 6,9 por ciento.
El número refleja el nivel promedio de azúcar en la sangre durante los últimos dos a tres meses y los expertos recomiendan mantenerla por debajo del siete por ciento. Además, Jenkins recordó que un cambio de 0,3 o 0,4 puntos porcentuales ya puede ser considerado «terapéuticamente relevante».
La mayor reducción observada con legumbres en lugar de trigo integral, 0,2 puntos porcentuales, fue estadísticamente significativa, pero no está claro exactamente lo que significa para los diabéticos.
Asimismo, no hubo una reducción de la presión arterial con trigo entero extra, pero sí una caída de 122 a 118 en la presión arterial sistólica con las leguminosas y de 72 a 69 en la diastólica.
A partir de la presión arterial más baja, Jenkins y su equipo calcularon que los diabéticos que reciben una dosis diaria de frijoles podrían reducir su riesgo a 10 años de un infarto de miocardio o un derrame cerebral en algo menos de un punto porcentual en comparación con las personas que comen trigo integral.